Hay escritores que bordan los cuentos. Eloy Tizón es de esa escuela, la de los mejores.
" Soy un viajante de comercio taciturno. En treinta años de profesión he visto: quemarse un río, dos guerras, un eclipse parcial de luna, una rosa azul, una mano sin uñas en el borde de un sendero, como suelo decir yo qué no habré visto. Con frecuencia he pasado toda la noche a oscuras sentado frente a otro pasajero, y de repente un resplandor vivísimo incendiaba su pelo, las letras de su libro, el agua sin somnífero del vaso. En cierto sentido sé todo lo que puede saberse sobre andenes en desuso, bañeras forasteras, ese límite impreciso donde una ciudad termina y florece un moho absurdo, un cáncer de cosas, viviendas en derribo, osamentas de fachadas, un paraguas sin varillas que una mujer encinta examina y comienza a llover sobre las grúas.
Y también : poca gente sabe que debajo de las barras niqueladas los camareros conservan fotografías de algunos clientes y varias cápsulas. En moteles de paso, en cafeterías delictivas, bajo el parpadeo eléctrico de letreros luminosos, en el casillero de las llaves cuyo rótulo dice Hotel Excelsior, frente a la lámina lacustre del espejo donde el rostro con ojeras es apenas una mancha de vapor y formaldehido, son tristes las consumiciones. Tengo las piernas un tanto hinchadas. Sé que a muchos parecerá poco grato un empleo que obliga a tratar con clientes sin ilustración, dormir en almohadas sucedáneas, lucir sombrío : Soy una persona metódica; y como suelo decir, la naturaleza humana a qué no se habitúa... "
Eloy Tizón.
( Foto de Vaclav Chochola )
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