Sigo con Henry Roth, maestro en muchas artes.
" Ya era noviembre, la primera semana de noviembre, y el filo delgado del otoño- oh, se podía sentir incluso en las ciudades, incluso en las calles de Nueva York-, un filo delgado, cortante, que barría los últimos rescoldos del suave veranillo de San martín, y cortaba los últimos lazos que ataban una estación con la siguiente. Ése era el modo en que se liberaba el otoño, pensó Ira, mientras caminaba hacia casa desde la eterna estación de metro de la calle 116 y Lenox Avenue. " Otoño" era más bonito que decir " la caída de la hoja" . Miró hacia las ventanas de la vieja y gris Escuela Pública 103. Cuánto tiempo hacía, qué lejano estaba el 6 B, Dios, cuando aún era un niño. Con las...míralas, las calabazas de papel en la ventana, las brujas con sombreros puntiagudos y montadas en escobas. Y los glugluteos de los pavos en las ventanas más altas, y más calabaza de papel con los ojos y la nariz en forma de triángulo. Ya había pasado Halloween, y se acercaba el Día de Acción de Gracias. Una vez, cuando aún llevaba pantalón corto, él y los demás niños de la calle 119 se habían golpeado mutuamente con largas medias negras llenas de harina- o de ceniza- en Halloween. Halloween era una fiesta " goyish ", pero el Día de Acción de Gracias no. Ya no. Podía ser una fiesta judía, podía ser la fiesta de todo el mundo... "
Henry Roth ( 1906-1995 )
( Foto de Rebecca Lepkoff )