Con café y pan de pueblo aparece un estupendo poema que regala esta mañana de junio. Versos que salvan, versos que amparan.
" Podría ser un templo de Agadir
por su gajo de luna y su palmera,
su torre de oración y la estrechez
de la calle aledaña que la abraza
con penumbras de zoco.
Apenas vislumbrada por el vidrio,
pero enterradas bajo los pilares,
hay ruinas que te hablan de un Imperio.
Rescatada del tiempo, me devuelve,
tras el trébol de piedra de la puerta.
la frescura del agua del Diluvio.
Y entonces aparece, restaurada,
la mano de mi padre que señala
las columnas, los rostros del retablo,
los acantos bordados de una Virgen
vestida para el rito de las horas... "
Lutgardo García Díaz.
( Foto de autor desconocido )