viernes, 15 de noviembre de 2013

" JOYAS, MANOS, AMOR, LAS AMBULANCIAS "


               Leer a Juan Eduardo Zúñiga es un placer. Cuentos magistrales en Largo noviembre en Madrid.

      " Hablaba para tranquilizarse, para eliminar aquella fantasía, fluyendo por su cuerpo hasta el borde de las uñas; se contempló los dedos porque aquel temblor podía muy bien no ser anuncio de otra cosa, sino de mero cansancio, de las horas pasadas en el quirófano, sudando bajo la mascarilla, el gorro, los guantes, y no el primer síntoma de la senectud, de la decadencia, porque muchas veces se produce antes de exámenes, comienzos de un combate, la inminencia del acto sexual : aparece un ligero temblor que si en el hipertiroidismo se limita al anular, en otras ocasiones es de todos los dedos, muy visible al encender el cigarrillo, y si se enciende a otra persona, entonces se revela sin posible disimulo, precisamente cuando las manos se necesitan más seguras y deben tenderse hacia los sitios que atraen por su satinada superficie, por la blandura de sus pliegues o protuberancias elásticas el tacto aterciopelado.
    Como otras veces, ella se subiría la falda para quitarse el uniforme con el movimiento procaz aprendido quizá cuando empezaba a ser mujer y que habría repetido mucho no sólo como seducción, sino para satisfacer su vanidad de mostrar súbitamente proporciones de gran tamaño, pero de perfecta armonía, que nadie podría sospechar bajo los pliegues de la bata blanca o del uniforme gris o de los vestidos para salir a la calle y dar un paseo o subir la escalera que nadie usaba nunca e ir a la habitación vacía donde había una cama y un colchón a rayas y en la pared  un brazo metálico con una bombilla "

            Juan Eduardo Zúñiga.

            ( Foto de Robert Capa )

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