Nunca he visto los ojos de Yvonne. Al leer " Bajo el volcán "- uno de mis libros sagrados- , imaginé su cuerpo y descubrí su alma pero hubiera cambiado todo por ver sus ojos. Buscar tesoros no es mal oficio.
" Los ojos de Lucinda, qué inocencia
de romeral, de fuente y de alborada.
Los de Lisi, qué aristas de azul noche
y qué silencio dicen, qué lejanos,
aunque a veces reposan en los míos.
Los de Filis, la paz de la belleza,
y son como estrechar manos queridas.
Los de Amarilis queman hacia adentro
de sí misma, y está desnuda en ellos.
En total soledad me deja Clori
con el verde turquesa lacerante
también cuando sus ojos son mis ojos.
Los que me duelen más, los de Narcisa :
se gustan, se sonríen y se adoran
en el espejo de su propia luz "
Enrique Badosa.
( Foto de autor desconocido )
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