jueves, 22 de mayo de 2014
TESOROS Y AMARGURAS.
Almuerzo en el Círculo de la Amistad, lecturas frívolas.
" La mujer más rica del mundo, Bárbara Hutton, la de los almacenes Wolworth, coleccionó maridos y sinsabores y se murió sin haber conocido la felicidad.
- ¿ No decía usted que la felicidad podía comprarse ?
- Jamás lo dije. Y lo siento porque sería una idea muy caritativa.
Para Paul Valéry la felicidad tiene los ojos cerrados y es posible que Bárbara Hutton, la millonaria inútil, tampoco haya acertado a encarársela de frente y arrancarle el velo que le tapaba al mirar.
- ¿ Por qué los poderosos tendrán tanto miedo a moverse ?
- Lo ignoro; quizá hayan hecho un culto de la inmovilidad absoluta, ese yoga del avaro disimulo de la ordinariez.
- ¿ Fue Schopenhauer quien aseguraba que en este mundo no se puede elegir más que entre la soledad y la ordinariez ?
- Sí.
- Gracias. ¿ Y usted cree que una estatua de sal puede ser feliz ?
- No lo sé. Lo que sí puedo asegurarle es que no tiene que ser ni más ni menos desgraciada que una estatua de oro.
Los antiguos- Aristóteles, Epicteto, Cicerón- suponían que la felicidad residía en los recovecos del propio corazón y, a lo que hubo de verse, el corazón de Bárbara Hutton, la acaparadora de tesoros y de amarguras, era quizá un hondo pozo sin fondo excavado en las más dramáticas arenas de la soledad… "
Camilo José Cela ( 1916-2002 )
( Foto de Sabine Weiss )
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario