lunes, 12 de mayo de 2014

" LA FERIA DE LOS DISCRETOS "


              Después de un día ajetreado, me relajo con las cosas de don Pío.

    " - Usted también es como yo, ¿ verdad ? Partidario de lo antiguo.
     - En muchas cosas sí- contesto el suizo.
    - Era la vida mucho mejor. ¡ Qué sabiduría la de nuestros antepasados ! Todo clasificado, todo en orden. En la calle de la Zapatería, los zapateros; en la de Librerías, los libreros; en la de la Plata, los plateros. Cada oficio con su calle : pleitineros, barberos, letrados… Hoy todo al revés. ¡ Un desbarajuste tremendo ! En la calle de Zapaterías apenas hay zapateros, ni en la de Librerías libreros. Estos ediles varías de nombre todo… La calle de Mucho Trigo, en donde había antes almacenes de ese cereal, hoy tiene la especialidad de fabricar arropías. ¡ Qué absurdo , señor ! ¡ Qué absurdo ! ¡ Y a esto lo llaman progreso ! Tratan los hombre de ahora de borrar el recuerdo de toda una civilización, de toda una historia.
    - ¿ Y para qué le sirve a usted ese recuerdo ?
    - preguntó el hombre de la barba negra.
    - ¡ Para qué me sirve !- exclamó don Gil, asombrado.
    - Sí, ¿ para qué le sirve ?
    - Siquiera para saber que estamos en la decadencia. No comparando la Córdoba de hoy con la del tiempo de los árabes, sino con la del siglo XVIII, se ve una diferencia enorme. Había aquí cientos de telares, fábricas de papel, de botones, de espadas, de cueros, de guitarras. Hoy… nada. Se han cerrado fábricas, talleres, hasta los mesones "

      Pío Baroja ( 1872-1956 )

      ( Foto de Eugeni Forcano )

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