Quevedo y el saber vivir. Un rato con sus " Sueños ".
" Venía una mujer hermosa trayéndose de paso los ojos que la miraban y dejando los corazones llenos de deseos. Iba ella con artificioso descuido escondiendo el rostro a los que ya la habían visto y descubriéndole a los que estaban divertidos. Ya un relámpago de cara con un bamboleo de manto, ya se hacía brújula mostrando un solo ojo, y, tapada de medio lado, descubría un tarazón de mejilla. Los cabellos martirizados hacían sortijas a sus sienes. El rostro era nieve y grana y rosas que se conservaban en amistad, esparcidas por labios, cuello y mejillas. Los dientes transparentes, y las manos, que de rato en rato nevaban el manto, abrasaban los corazones. El talle y paso, ocasionando pensamientos lascivos. Tan rica y galana como cargada de joyas recebidas y no compradas. Vila, y, arrebatado de la naturaleza, quise segurirla entre los demás, y, a no tropezar en las canas de viejo, lo hiciera. Volvíme atrás, diciendo :
- Quien no ama con todos sus cinco sentidos una mujer hermosa no estima a la Naturaleza su mayor cuidado y su mayor obra. Dichoso es el que halla tal ocasión y sabio el que la goza... "
Francisco de Quevedo y Villegas ( 1580-1645 )
( Foto de Andrew MacPherson )
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