Varias horas con " La muerte de Venecia " de Maurice Barrès. Un regalo de mi compadre, Ilustre veneciano.
" Variadas causas pueden determinarnos a una estancia habitual fuera del país natal; Madeira, Cannes, Niza, Mónaco, Florencia, Roma, Corfú, atraen, cada una, diferentes categorías de exiliados voluntarios. Los desarraigados que frecuentan Venecia son, en lugar de artistas mundanos, melancólicos naturales o entristecidos, almas ardientes y decepcionadas. De verdad, ¿ podrían habitar tal lugar si no buscaran las voluptuosidades de la tristeza ? Por heterogéneos que sean sus orígenes, la sociedad que se somete a la acción de un ambiente tan raro debe necesariamente tomar costumbres comunes (...) Toda reunión de hombres, aunque se la supusiera más incoherente aún que los cosmopolitas que hoy pueblan Venecia, tienden a formar una tradición. Trabaja de manera instintiva para poner en pie un tipo sobre el que se ajustará. Ninguna sociedad puede pasar sin modelo : siempre se da una aristocracia.
Muchas veces, cuando la luz horizontal del atardecer que incendia Venecia magnifica la punta de la Dogana y la Salute, que es en suma una muy mediocre iglesia, a la hora en que las magias del sol descienden sobre el canal mientras se exhalan sus miasmas, oí las melodías del carnaval de Venecia, esas melodías nostálgicas que resuenan de una generación a otra, y vi las grandes sombras que cargan con rico significado estos espacios planos. Pasaban como las nubes, pero nubes ellas mismas, para tener muy en cuenta, Hacen aquí lo esencial y lo sólido, todo el peso con el que Venecia agrava las predisposiciones de sus dignos visitantes.
Las sombras que flotan sobre los ocasos del Adriático, en el ruido de los ángelus de Venecia, tienden a someter las almas "
Maurice Barrès ( 1862-1923 )
( Foto de Gianni Berengo )
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