Calor cordobés, un calor que aplasta. Fino en rama y música.
" Y acaso para mí la palabra más bella,
la que uno conserva como ese tesoro
que gusta compartir porque guarda el secreto
de la cordialidad, encaja bien con todo
y es razón suficiente para no echar en falta
nada de cuanto uno se va dejando atrás;
la única palabra, al final, que los años
no ensucia ni enmohece, merecido diálogo
para reconocer que ha valido la pena
desgranar día a día las sílabas del tiempo.
Da igual cómo la llames. Es la palabra tuya
con la que identificas tus ganas de vivir,
tu vínculo más claro con la realidad
y que te hace dúctil, capaz de redimirla;
el nombre inevitable con el que a cada cosa
invades de ese don que es la lucidez,
el fervor con que está cada cosa en su sitio
y que aún las mantiene en estado de gracia "
Carmelo Guillén Acosta.
( Foto de Roger Schall )
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