Paseo con mi madre. Callejear por el centro de Córdoba alegra la tarde.
Versos eternos.
" Ya se nos permite usar tu nombre.
Ya sabemos que eres inefable,
anémica, muy quebradiza y sospechosa
de las misteriosas culpas de la infancia.
Sabemos que ya no se te permite vivir
ni en la música ni en los árboles al apagarse el sol.
Sabemos ( más bien nos han dicho )
que ya no estás en ningún sitio, en absoluto.
Pero, con todo, oímos tu voz cansada
en el eco, en la queja y en las cartas
que nos escribe, desde el desierto griego, Antígona "
Adam Zagajewski.
( Foto de autor desconocido )
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