Hay muchas formas de conocer hechos históricos, una de ellas es leer a Juan Eduardo Zúñiga.
Excepcional narrador.
" Oyó cada palabra claramente, pues los dos hombres hablaban a su espalda y no cuidaban de decirlo bajo.
En el refugio no conocía a nadie; de pie, los unos pegados a los otros, entrecruzaban conversaciones banales que se cortaban cuando del exterior llegaban los ruidos, a la escucha de que las sirenas determinaran lo que sería de ellos. ¿ Cómo era posible hablar así ? Mientras ellos estaban bien protegidos del bombardeo, miles de soldados se exponían a la muerte, dormían en el barro, amontonados en chabolas llenas de piojos, ninguno de ellos podía lavarse en muchas semanas y tenían tos, y reuma y el estómago no les aguantaba la comida… Mientras tanto, dos hombres de la retaguardia les maldecían, a ellos y a la guerra…
Fura hará frío; el aire barrerá las nubes abriendo el helado abismo de las constelaciones, a cuyas figuras alzan sus ojos los que esperan ayudas misteriosas. O acaso vendrán más lluvias y, por encima de las cabezas y los cascos de hierro, las lenguas de cristal murmurarán sus purísimas palabras y bruñirán con su roce las calles de la ciudad silenciosa… Volvió un poco la cabeza y miró severamente a los que hablaban contra la República y contra el Frente Popular.
Un viejo le preguntó :
- Usté es extranjero, ¿ verdad ?
Él ve a todos apretados contra las paredes de cemento, pendientes de los ligeros parpadeos de la bombilla que cuelga del techo, como si esperasen la señal de un mensaje que viniera a salvarlos.
-…para prestar ayuda- dice en voz alta, pero nadie le entiende y a los que le miran se apresura a aclarar-: Sí, soy extranjero "
Juan Eduardo Zúñiga.
( Foto de Otho Lloyd )
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