" Se siente superior a aquél hombre ínfimo, miserable, por eso le ayuda, se sirve de él para exhibir la nobleza de su corazón, lo compadece, pero todo esto de manera que evita juzgarlo. Él actúa como un verdugo o como un monarca indulgente, nunca como un magistrado, por eso no repara en el hombre ínfimo- algo que sus enemigos aprovechan para proclamar que lo desprecia- ni lo ayuda, ni lo necesita para realzar su activa grandeza. Si su mirada cae tan bajo es porque se ve forzado a juzgar y entonces no conoce sentimentalismos de ninguna clase: la pequeñez del hombre miserable no es una excusa para su ignorancia, para su maldad, para su pobreza de espíritu, sino un producto de todo ello"
José María Herrera.
( Foto de Branislav Fabijanic )
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