Malogrado por el alcohol y por un mundo perdido, Tánger. Ángel Vázquez tiene buenos cuentos y una obra magistral, La vida perra de Juanita Narboni, a la que he hecho referencia en varias ocasiones.
Por Jubrique y el Valle del Genal debe quedar algo de su alma.
" La falda de piqué cayó al suelo. En el cuarto de baño olía a desinfectante, a papel de revista cara y un poco a manzanas verdes. De la bolsa de lona cayeron unos libros. Se los había dejado Augusto, como siempre, para que pasara un buen domingo. Graham Green y un Colette. Era sábado. Por la tarde no tendría que volver a la oficina. Después de comer echaría una siesta. A las cinco tomaría un buen té. Un té con limón y dos tostadas con mucha mantequilla y una ligera capa de confitura de naranja. Luego, arreglaría los armarios. Además tenía a Marta. La mujer terminaba a las siete. En el espejo del lavabo se encontró con el rostro de una desconocida que la miraba con sueño y una insistencia burlona. Escondió la cabeza en la toalla y escupió con regusto a jabón… "
Ángel Vázquez ( 1929-1980 )
( Foto de René Jacques )
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