jueves, 11 de diciembre de 2008

VIEJOS TIEMPOS.


Me gusta husmear entre libros y legajos antiguos. En estas fechas es mucho más edificante pues se encuentran cosas olvidadas que sirven para los recuerdos y melancolías navideñas. Hace algunos meses compré un libro de recetas y amoríos. Publicado en los años veinte, en editorial de lance y venta a domicilio. Hay un apartado dedicado al fuego amoroso y encuentro algunas recetas sugerentes para estos días de tertulias, fogón y reencuentros.


BUEY EN VINO CON ACEITUNAS :


"Ingredientes : 750 gramos de buey ( de la aguja sería lo mejor) para estofado, troceado y deshuesado. 4 cucharadas de Brandy caliente. 1 hoja de laurel a pedacitos.1 trozo de cáscara de naranja.2 dientes de ajos picados.1 vaso grande de vino tinto. Sal y pimienta, unas ramitas de perejil picadas. 1/8 de cucharada pequeña de tomillo. 1/8 de cucharadita pequeña de cerafolio.3/4 de aceitunas negras, Aceite de oliva y 1/8 de cucharada pequeña de mejorana.


Se saltea la carne en un poco aceite de oliva virgen, hasta que tome color. Se vierte sobre ella el brandy y se le prende fuego, agitando la sartén para que el brandy encendido empape bien la carne. Cuando se haya apagado la llama,se añade todo lo demás, excepto las aceitunas. Se pone a hervir durante unas tres horas con el fuego al mínimo. Por último se añaden las aceitunas, se hierve un cuarto de hora más y se sirve...


" El hombre siempre ha buscado una panacea, en primer lugar para excitar el amor, y secundariamente para hacerlo durar. Por lo que toca a excitarlo, yo os diré como se hace : basta con que apliquéis esta receta. En cuanto a hacerlo durar, el escritor romano Petronio ha dado con la solución en uno de sus poemas, el que se llama " Súplica para un aplazamiento "


" Todo es demasiado rápido, todo acaba muy pronto.
El ritmo apresurado, el jadeo, el desmayo final,
el súbito aquietarse de la llama y del ardor,
los miembros fláccidos y el desvanecimiento del deseo.
Sepamos dominarlo, que el amor ha de ser más
que el celo animal de un perro vagabundo.
Demoremos el instante, sepamos aguardar antes
de perder todos los sentidos y pasar a la consumación
de lo que mejor sería preservar. Que los labios
y las manos hagan cuanto necesitamos para satisfacer
todas las demandas. Que las bocas ansiosas y las lenguas
traviesas apacigüen nuestros más hondos deseos
hasta que...hasta que..."

Y por esos caminos aposenta el libro sus poemas, historias y recetas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...pura sensibilidad ... música incluida

Bruno Gassín dijo...

Todas las cosas bellas y hermosas que cada día depositas, querido José María, en los altares de la memoria, hacen que cuando situado en los limites y tu propia sensibilidad parece herirte; su evocación te mantega en pie y puedas seguir caminando. Gracias por tu bitácora.