domingo, 7 de diciembre de 2008

LA CASA DE LAS FLORES.



Durante cuatro meses fuí cronometrador de una aspirante a registros que después aprobó notarías. Me encargaba de ver si los temas los daba en tiempo y con la vocalización adecuada. Los días alternos en que no cantaba los temas en el preparador, iba a su casa, realizaba mi cómoda función y después descubríamos cielos, a veces nubosos y otras muy claros.

Era rica por familia, soberbia y diletante. Vivía en un lugar mágico, la casa de las flores, en el barrio de argüelles; piso de una abuela que se retiró a Navarra. Siempre le comentaba que allí vivió Pablo Neruda, pero entonces no leíamos poemas de amor, preferíamos el deleite apasionado.

Hoy leo textos de los años treinta y me recreo en los recuerdos.

" Con Federico y Alberti, que vivía cerca de mi casa en un ático sobre una arboleda, la arboleda perdida, con el escultor Alberto, panadero de Toledo que por entonces ya era maestro de la escultura abstracta, con Altolaguirre y Bergamín; con el gran poeta Luis Cernuda, con Vicente Aleixandre, poeta de dimensión ilimitada, con el arquitecto Luis Lacasa, con todos ellos en un solo grupo, o en varios, nos veíamos diariamente en casas y cafés.

De la Castellana o de la cervecería de Correos viajábamos hasta mi casa, la casa de las flores, en el barrio de Argüelles. Desde el segundo piso de uno de los grandes autobuses que mi compatriota , el gran Cotapos, llamaba "bombardones", descendíamos en grupo bulliciosos a comer, beber y cantar"

Pablo Neruda (1904-1973)

Pablo Neruda obsequiaba a sus invitados con un cóctel, que él no creó pero que popularizó entre sus contertulios madrileños. A petición de una amiga, envió la receta a una revista, receta que hoy copio :

" Se mezcla una medida de Cointreau, una de cognac y dos de jugo de naranja. Hielo picado, se sirve media copa, preferiblemente copas altas de champaña. Y se completa con champaña seco. Es algo muy agradable, una bebida muy apreciada por las damas y una entrada infalible a la alegría colectiva"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué complejo y maravilloso eso de tratar con pijos de postín...
Yo me codeo hoy con un nieto de Luis Lacasa, que prefirió la economía a la arquitectura.
¿Cómo se hace eso de cronometrar?
Un beso grande,