miércoles, 17 de diciembre de 2008

ETERNOS APRENDICES.


No suelo leer obras de teatro, están escritas para verlas representadas, pero creo que Shakespeare es un poeta. "Enrique IV", es una obra que enseña que las apariencias no importan y que se puede aprender a asumir responsabilidades por sendas no rectas. Enrique reprocha a su hijo su irresponsabilidad y su desprecio de la dignidad regia y lo compara desfavorablemente con Hotspur,cuya valentía y nobleza ensalza; el príncipe le dice que en el momento adecuado sabrá dar muestra de su valor, sabe muy bien que sus hábitos bohemios le servirán para conocerse a sí mismo y la condición humana y que mezclándose con el pueblo lo conocerá mejor que sentado en un trono.

Sir John : " Cuando seas rey no permitas que a los que somos escuderos del cuerpo de la noche se nos llame ladrones de la belleza del día. Haz que se nos llame " guardabosques de Diana", "caballeros de la sombra", " favoritos de la luna" y que las gentes digan que somos hombres de buen gobierno, siendo gobernados , como el mar, por nuestra noble y casta señora la luna, bajo cuyos auspicios robamos.

Príncipe Enrique : " Dices bien, y es también muy adecuado, porque la fortuna de los que somos hombres de la luna tiene flujos y reflujos como el mar, estando gobernados como lo está el mar por la luna. Pongamos un ejemplo : una bolsa de oro arrancada con toda resolución el lunes por la noche y gastada con toda disipación el martes por la mañana; conseguida con la amenaza de " ¡Alto!" y gastada con el grito de " ¡Venga! "; ahora en un flujo tan bajo como el pie de la escalera y después en un reflujo tan alto como la cima del patíbulo"

William Shakespeare (1564-1616)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las obras de teatro siempre han despertado mi imaginación y puedo asegurar, sin miedo a equivocarme, que todas las que he leído hasta ahora me han apasionado.
Y sí, Shakespeare era un poeta.