miércoles, 11 de junio de 2008

EL BESO.




Noto que mi mente empieza a idiotizarse con el calor de Córdoba; es un rito anual que descubro cuando después del almuerzo, envidio no tener camisón largo, gorro de lana con bola y escupidera de porcelana a la antigua usanza y , claro está, con siesta en el norte...


Tenía 31 años, acababa de conocer al que sería su marido, Juan José Domenchina, poeta y secretario de Don Manuel Azaña. Hablaba varios idiomas, tenía estudios, viajes, título nobiliario y sabía de amor y besos...



"¡Tus labios en mis ojos!
Qué dulzura de estrellas alisa lentamente
mis párpados caídos...
nada existe del mundo. Sólo siento tu boca
y el temblor de mi esppíritu hecho carne de luz.

Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas
y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño.
Con ella te daré mi última mirada.

¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios
despoje mi horizonte de lo que tú no has visto.
Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla
que ciñen tus caricias"


Ernestina de Champourcin(1905-1999)

1 comentario:

Patsy dijo...

I love your blog. Thank you for the good taste in music.
Pat U.S.A.