lunes, 2 de junio de 2008

CHARLAS DE CAFÉ.





Después del almuerzo apetece una copita de Pedro Ximénez, un vino para los postres, un vino para el silencio lleno. Este tiene toque de higos y de ciruelas y en minutos descubre su sabor escondido. Es de bodegas Toro albalá, bodegas de Aguilar de la Frontera...


Se perdieron las tertulias, esas tertulias de café, sin prisas, con pausas y humo. Don Santiago Ramón y Cajal era, además de sabio, tertuliano ; tiene un libro titulado "Charlas de café". No sé si se ha reeditado, pero lo publicó Austral hace años.


A menudo me encuentro con personas que tienen una enfermedad que llamo "titulitis"; nada más conocerte, te hablan de sus carreras (ingeniero, arquitecto, médico, abogado...) Y me suele dar grima. ¡He conocido a tantas personas que no han podido ir a la universidad y saben más!


" Con plausible sinceridad decía Teofrasto, en un banquete, al ser requerido a exponer su opinión :* Callo, porque de lo que sé fuera inoportuno hablar, y de lo que fuera oportuno no sé nada*. He aquí el grave incoveniente de la extremada especialización.¡Cuantos hombres de arte o de ciencia conocemos que , por ausencia de cultura general, desempeñan desairado papel en las tertulias!...


Santiago Ramón y Cajal(1852-1934)

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