domingo, 18 de marzo de 2012

" LA CIMA DE LA MONTAÑA "


   Vísperas de primavera en  domingo luminoso. Desayuno lento, pausado, con lectura de periódicos y churros.

    " Quien escapa a un peligro ama la vida con mayor vehemencia. Comencé a amar a Virgilia con mucho más ardor después de haber estado a punto de perderla, y a ella le sucedió lo mismo. Así, la gobernación no hizo más que avivar la pasión primitiva. Fue la droga con que hicimos más sabroso nuestro amor, y más preciado también. En los primeros días, tras aquel incidente, nos divertíamos al imaginar el dolor de la separación, de haberse producido, la tristeza de uno y de otro, mientras el mar, como una cinta elástica, se iba dilatando ante nosotros; y, semejantes a las criaturas que se allegan al regazo de las madres para huir de una simple mueca, huíamos del supuesto peligro estrechándonos en abrazos .
    - ¡ Mi amada Virgilia !
    - ¡ Amor mío !
    - ¿ Tú eres mía, no ?
    - Tuya. tuya...
   Y así reanudamos el hilo de la aventura, como Scheherezade el de sus cuentos. Ése fue, creo yo, el punto máximo de nuestro amor, la cima de la montaña desde donde por algún tiempo divisamos los valles del este y del oeste, y por encima de nosotros el cielo plácido y azul. Pasado ese periodo, comenzamos a descender la pendiente, con las manos enlazadas o sueltas, pero descendiendo, descendiendo... "

               Joaquim Machado de Assis ( 1839-1908 )

               ( Foto de Larry Fink )

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