domingo, 31 de enero de 2010

FRIEDRICH RECK.


Este fin de semana he leído un libro documento, documento del horror nazi desde la mirada de un conservador que murió en el campo de concentración de Dachau. Escribe claro y es valiente; rasgos nada abundantes, en aquellos tiempos, entre los de su clase. El libro está editado por "minúscula" y lleva un título harto elocuente, " Diario de un desesperado".

" A cada momento estallan los nervios, a cada momento se dan en este pueblo profundamente envilecido escenas en las que casi se llega a las manos. He visto a una chiquilla de diesciséis años que al subir al tranvía le daba una bofetada a un caballero anciano, un tanto torpe, porque no se bajaba lo bastante deprisa... la dulce señorita se quedó muy sorprendida cuando yo, por otra parte entre los murmullos de la canalla, le devolví una ración doble de bofetadas.

Nunca he visto a Alemania degenerarse así...no, hasta las formas de la República de los Consejos de Múnich eran modélicas frente a esto que el señor Hitler va a dejar tras de sí. Múnich profanada y falsificada, una ciudad violada por el monstruo prusiano, me mira como a un extraño (...) Y, además de todo eso, esa horda de trogloditas que, como animales hambrientos, se precipitan por la mañana y por la tarde sobre sus platos no sujetos a racionamientos, engullen cerveza química, creen en todo lo que la propaganda les pone por delante y tienen la verdadera culpa de que a lo largo de doce años un loco haya podido gobernarnos... "

Friedrich Reck (1884-1945)

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