Me llega un libro de cuentos, La sonrisa del ahorcado, regalo del autor. Al azar, leo uno de sus cuentos y descubro a un estupendo escritor.
" Caminaron abrazados hasta el portal de su casa, mientras amanecía ese sol tibio y sucesivo que otros ya recibieron hace exactamente mil años. Ella se estaba desnudando en el centro de la habitación con la naturalidad imprevisible de un poema de Neruda, cuando él casi lloraba de alegría recitándole aquello :
- Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces en tu actitud de entrega…
Y ella :
- Tu cuerpo de labriego salvaje me socava y me hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Se amaron durante veintisiete minutos aproximadamente, pues él tuvo algunas dificultades que no podía remediar la lírica, y compartieron la misma cama y su calor unas seis horas y cincuenta minutos más, aproximadamente. Luego todo se desvaneció como una fábula : ella se fue a la hora de la siesta, y Eladio, hijo errabundo de otro siglo y también de otro milenio, recupera cada tarde y cada noche, de memoria, fiel a la solemnidad que solo el arte admite, con la copa sempiterna de JB viajando de la izquierda a la derecha y de la derecha a la izquierda, su infinita canción desesperada "
Pedro López Martínez.
( Foto de Mario De Biasi )
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