Anoche volví a ver La vida en un hilo, extraordinaria película de mi admirado Edgar Neville. Placer y recuerdos.
Leo cuentos.
" Su destino, al igual que su belleza, prometían ser pausados. La época de la escuela sin triunfos pero también sin derrotas, un casamiento temprano y con un hombre de dinero. Ya en los primeros años de su matrimonio se volvió parecida a su madre, y seguramente hubiera repetido fielmente su destino- una próspera casa en una pequeña ciudad, niños guapos, bonitos vestidos, cada año temporadas en un balneario-, si no fuera por el designio del tiempo que convertía en protagonistas de esa tragedia incluso a los menos destinados a hacer ese papel.
La vi por última vez cuando cuando aún vivíamos en una relativa tranquilidad. Ella y su marido estaban paseando por las calles de la ciudad, tranquilos, solemnes, cogidos del brazo. Su rostro seguía siendo bello, aunque ya no de aquel modo intachable de antes. Quizá ese apenas visible principio de imperfección era el sello del tiempo que en otros, menos perfectos físicamente, se revelaba brutal y deformante… "
Ida Fink ( 1921-2011 )
( Foto de John Dolan )
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