Acabo de vender mi coche, un Audi A-4, con pocos kilómetros. El comprador es un joven que ha acabado sus estudios y que descubre al instante que no tengo ni idea de coches ni de motores. Creo que lo disfrutará.
En casa, miro a a Ava Gardner.
" Sentia terror de estar sola y, al remontar la noche, se iba entregando a las sombras, porque no dormía. Pero, cuando bebía demasiado y se volvía provocativa, vulgar y descarada, sólo se te ocurría pensar en ampararla de sus diablos. Tenía ese poder infinito sobre los hombres. Estoy seguro de que cualquiera que sea sincero y no haya sido un bastardo- por utilizar una de las palabras preferidas de Ava- ha sentido esa ternura, ese cuidado y ese respeto al verla tan hermosa y tan frágil. Es algo muy profundo de la virilidad que no se pierde ni siquiera con los años y que sólo ciertas mujeres saben despertar en nosotros como una plenitud del sexo… Es una cobardía cazar a un leopardo para hacer un abrigo. Y lo aprendes el día en que ves temblar los hombros de una mujer verdadera y, al pasarle tu brazo por encima, te sientes un leopardo fuerte, libre y vivo "
Mauricio Wiesenthal.
( Foto de George Hoyningen-Huene )
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