martes, 29 de septiembre de 2009

ESPÍRITU CURIOSO.


Después de algunas cervezas con boticarios, me apetece leer cartas de amores perdidos. Mademoiselle de Lespinasse no era rica ni bella, pero consiguió por su inteligencia y espíritu curioso tener uno de los salones más brillantes de la época. Y en aquella época eso era Todo.

La carta es de julio de 1773 y no tiene desperdicio.

" ...Me desagrada todo lo que viene a distraerme y a desviarme. Hay cosas que nada puede hacerme olvidar. Lo que los demás llaman diversión y placer sólo me sirve para aturdirme y cansarme, y si alguien hubiera tenido poder de apartarme por un momento de mis desdichas, creo que, lejos de estarle agradecida, debería odiarle. ¿ Qué pensáis de esto vos, que me habláis de mi felicidad y me hacéis esperar que, si de vuestra amistad depende, me la concederéis? No, señor, me consolará, me hará sufrir quizá; y no sé si al final tendré que celebrar o lamentar lo que me hayáis dado (...) Adiós, dadme a menudo noticias vuestras y no os contentéis con el proyecto de escribirme dos palabras. Guardad ese proyecto para vuestras relaciones; también hay amigos que se comformarían con ello. Pero ¡ yo soy tan difícil de contentar! Decidme si habéis recibido mis cartas.

El señor d' Alembert os aguarda con impaciencia. El caballero Chatelux está absorbido por las comidas de la Cheverette; a mi me parecen frías y tristes. Adiós. ¿Creéis en verdad que volveré a veros dentro de un mes? Falta demasiado para poder alegrarme "

Mademoiselle de Lespinasse (1732-1776)

1 comentario:

Ula dijo...

Madame du Deffand, Julie de Lespinesse, Madame de Staal-Delaunay, Marie-Thérèse Rodet Geoffrin, Anne-Thérèse de Marguenat de Courcelles Lambert.... regentaron tantos salones de aquella época.

Siempre soñé con ser una de esas mujeres y cuando visitaba París me embelesaba con su leteratura y cómo se desarrollaba en los salones de estas hembras.
Gracias, hombre por estas remembranzas.
Ula