viernes, 27 de mayo de 2016

VANYA.


    Todo el día de ayer en la feria. Almuerzo y cena. Hacía años que no iba tanto tiempo. Día estupendo.

                En casa, mi amigo Nabokov.

     " Así que… ha ocurrido. Smurov es amado. Evidentemente, Vanya, la miope pero sensible Vanya, había percibido algo fuera de lo común en Smurov, había comprendido algo acerca de él, y su calma no la había defraudado. Esa misma noche, en casa de los Khrushchov estuvo especialmente calmoso y humilde. Ahora, sin embargo, cuando uno sabía qué felicidad le había golpeado- sí, golpeado  (porque hay una felicidad tan intensa que, con su sacudida, con su aullido huracán, se asemeja a un cataclismo )-, ahora podía percibirse cierta palpitación en su calma, y el clavel de la alegría se revelaba a través de su enigmática palidez. ¡ Y , Dios mío, cómo contemplaba a Vanya ! Ella bajaba las pestañas, le temblaban las ventanas de la nariz, incluso se mordía un poco los labios, ocultando a todos sus exquisitos sentimientos… "

      Vladimir Nabokov ( 1899-1977 )

      ( Foto de autor desconocido


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