Cuentos de Luis Mateo Díez, estupendo escritor que nunca olvido.
" - Te veo borracho, Cervino. Del alcohol hay que cuidarse casi tanto como de las mujeres.
Llegó el tren. Don Severino cogió la maleta, me miró, volvió a dejarla en el suelo y se abalanzó sobre mí para darme un abrazo. Nos sujetamos con dificultad a punto de caer desplomados.
- La quiero, Cervino, la quiero- me dijo entonces al oído con la voz tomada por la emoción.
Le ayudé a subir la maleta después de dos o tres intentos fallidos. Le vi caminar por el pasillo. El tren iba a arrancar. En seguida volvió a la ventanilla. Di unos pasos para cercarme. Don Severino intentaba abrirla pero no lo conseguía. El tren se ponía en marcha. Entonces logró bajar el cristal y asomó sacando las manos. No pude distinguir ya el gesto de su rostro, acaso el resplandor de una lágrima desgajada de la emoción alcohólica… "
Luis Mateo Díez.
( Foto de Christian Lemaire )
No hay comentarios:
Publicar un comentario