" Amo tu grácil cuello bajo el pelo
recogido, cuando un imperceptible
movimiento ilumina
la línea que, tan dulcemente,
desciende hasta tu nombro;
cuando un asomo de cansancio abate
su dorada esbeltez de espiga y todos
los oros del atardecer se posan
sobre tu nuca; cuando mido
sobre su piel desnuda esa distancia
que va de tu inconsciencia
a mi deseo; cuando, pensativa
y lejana, movida
por no sabes qué impulso,
sonríes y te vuelves levemente
para mirarme "
Rafael Guillén.
( Foto de Jason Langer )
2 comentarios:
Este verso, "su dorada de espiga y todos" es extraño. ¿No falta en él algo?
Otra vez, mis disculpas. Me comí " esbeltez " y eso que pensaba en una mujer que es todo y además esbelta. Debe ser las horas en que leo poemas y que - a veces- intento recordar versos de memoria y la memoria es un dedo tembloroso.
Gracias.
José María.
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