No enamorarse de la poesía de Ajmátova es imposible. En 1936 visita a Ósip Mandelstam en Vorónezh y escribe un poema que me impacta.
" Y la ciudad se yergue encerrada en hielo:
Un pisapapeles de árboles, muros, nieve.
Piso tímidamente cristales de roca;
los trineos pintados se deslizan sobre sus zurcos.
La estatua de Pedro en la plaza señala
cuervos y chopos y una cúpula verdosa
lavada, sembrada de polvo solar.
Aqui la tierra tiembla todavía tras la vieja
batalla que doblegó a los tártaros.
Dejad que los chopos eleven sus cálices
en un brindis que conmueva al cielo,
como miles de invitados de boda que
beben jubilosamente en la fiesta.
Pero en la habitación del poeta proscrito
montan la guardia tan pronto la musa como el temor,
y la noche cae
sin la esperanza de la aurora "
Anna Ajmátova (1889-1966 )
( Foto de Julien Mattia )
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