jueves, 30 de enero de 2014
" LA LEY DE LA GRAVEDAD "
Leer a Martínez de Pisón es recuperar mundos olvidados. Un buen escritor.
" Cuando se tiene miedo- aunque sea de uno mismo, como en este caso-, es difícil no pensar en la infancia. Entonces todos los temores, igual que las amenazas, tenían un límite, y había siempre unos brazos dispuestos a darme cobijo. Era hermoso vivir con esa garantía, saber que ningún riesgo era tan grave que no pudiera mi padre eliminarlo con un gesto o unas palabras, las adecuadas. El mundo además parecía coherente y ordenado: sólo había que aprender las normas que lo regían y distinguir los bueno de lo malo. Era todo tan sencillo entonces, y era tan fácil lograr que las pequeñas fechorías me fueran disculpadas.
Recordar la niñez, sin embargo, suele producirme un vago desasosiego, como si en mi fuero interno considerara ilegítimo o innoble tal recurso. Para reconciliarme conmigo mismo decido, por eso, imponerme una ligera punición y hacer, antes de tomar la autopista, una visita al Esmeralda.
Contrariado, descubro que mi mesa " habitual " está ocupada por una pareja de novios… "
Ignacio Martínez de Pisón.
( Foto de Martien Coppens )
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