Mi compadre, José María Herrera, nos muestra magistralmente su Teoría del Arte en un estupendo ensayo sobre el pintor rondeño Marcos Bontempo y su obra Tauromaquia. Es un artículo con mucha savia, en el que nos descubre las formas de mirar y las formas de soñar ante una obra de arte. Recomiendo encarecidamente su lectura en la revista Cuadernos Hispanoamericanos.
" Frente al dolor no hay escapatoria. Podemos declararlo inadmisible, hacernos la ilusión de neutralizarlo, enmascararlo; todo en vano. Lo único que cabe con él es trascenderlo, ir más allá del sufrimiento que acarrea su irrupción, descubrir que el dolor, desbaratando las interpretaciones con que procuramos volver habitable el mundo, impide también que estas se cierren sobre sí mismas o nos aplasten (… ) Bontempo es un artista intempestivo, áspero e insidioso. Delante de sus pinturas es difícil sentirse cómodo. Sin embargo, no hay en ellas nada de provocativo. La provocación opera desde hace mucho en esa zona de confort que los filósofos llaman nihilismo, una posición incompatible con la certeza de que formamos parte de una realidad desconocida y brutal… "
José María Herrera.
( Foto de Henri Cartier-Bresson )
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