domingo, 4 de noviembre de 2012

BANQUETES.


      Calles desiertas y lluvia fina. Desayuno largo con periódicos y el espanto de la fiesta madrileña. No dejo de pensar en esos padres, en su desgracia, en su vacío.

       Poco sabía de los ágapes de  Filoxeno de Citera. Me resuelve dudas, Ateneo de Naucratis.

   " Dos servidores trajeron una mesa bien aderezada; otros nos acercaron una segunda y otros aún una tercera hasta que llenaron la sala. Las mesas brillaban a la luz de velones y estaban cubiertas de coronas, de legumbres, de platos y de salseras. Entonces se nos sirvió todo lo que puede dulcificar la vida y embelesar el espíritu. Fue primero, para ponernos a punto, las " mazés" - una especie de bolitas de harina frita- blancas como la nieve, en unas bellas cestas. Entonces apareció no una marmita, sino un plato inmenso; y unos se refocilaron con anguilas gruesas y otros comieron congrio relleno de un sabor de ambrosía. Después llegó, traída a hombros, una enorme fuente que contenía pequeñas cazuelas : una con toda suerte de pescados, otra con unos pequeños calamares, sepias y pulpos rubios y de rizadas patas. Un dentón grande como una mesa y todavía humeante, que llenó de exquisitos olores la sala; a sus francos se apretujaban deliciosos calamares, camarones rojos y dulces como la miel. Se sirvieron entonces en bellos pámpanos la picada de carne y especias, tan recomendada como aperitiva : era compacta, bien embebida en salsa, muy copiosa y su sabor era agridulce; constituía el verdadero centro del festín. Atacamos después una gran pieza de atún asado, que era de una robustez insólita; luego nos vengamos gustando unas tetas de cerda rellenas. Nos lo comimos todo y no dejamos nada de lo que podíamos tragar valientemente. Entonces empecé a tomar pequeñas golosinas : higadillos, riñones, diminutas salchichas calientes. Se nos ofreció luego la cabeza hendida de un pequeño cabrito, que había sido cocida al vapor. Después de esto vimos llegar jamones, recubiertos de su blanco tocino (... ) Las liebres, los pollos, las perdices, los faisanes fueron ofrecidos en abundancia. Todo fue servido caliente y acompañado de panecillos blanquísimos y crujientes; se nos ofreció la miel dorada, la leche cuajada y un queso  que todo el mundo encontró delicioso. Cuando mis amigos  y yo nos sentimos hartos y bien bebidos, los sirvientes  se llevaron las mesas  y luego los esclavos trajeron  jofainas para lavarnos "

               Ateneo de Naucratis ( Siglos II-III. d-C )

              ( Foto de Horacio Coppola )

    MEDEA Dei Tuoi Figli ... 1953 by Maria Callas on Grooveshark

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