Mientras espero la llegada del deshollinador, leo a Ribeyro.
" Conocer el cuerpo de una mujer es una tarea tan lenta y tan encomiable como aprender una lengua muerta. Cada noche se añade una nueva comarca a nuestro placer y un nuevo signo a nuestro ya cuantioso vocabulario. Pero siempre quedan misterios por desvelar (... )
Hay manos que se devoran como el ala de un pájaro; otras que se atracan en la garganta como un eterno cadalso. ¿ Y qué decir del brazo, del hombro, del seno, del muslo, de... ? Apollinaire habla de las Siete Puertas del cuerpo de una mujer. Apreciación arbitraria. El cuerpo de una mujer no tiene puertas, como el mar "
Julio Ramón Ribeyro ( 1929-1994 )
( Foto de autor desconocido )
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