jueves, 10 de diciembre de 2015
EN TU LLAMA ARDIENTE.
Tarde en la librería. Descubro un tesoro y encargo varias cosas.
Antes de la cena, poemas de Quevedo.
" Arder sin voz de estrépito doliente
no puede el tronco duro e inanimado;
el roble se lamenta, y abrasado,
el pino gime al fuego que no siente.
¿ Y ordenas, Floris, que en tu llama ardiente
quede en muda ceniza desatado
mi corazón sensible y animado,
víctima de tus aras obediente ?
Concédame tu fuego lo que al pino
y al roble les concede voraz llama :
piedad cabe en incendio que es divino.
Del volcán que en mis venas se derrama,
diga su ardor el llanto que fulmino;
mas no le sepa de mi voz la Fama "
Francisco de Quevedo ( 1580-1645 )
( Foto de autor desconocido )
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