jueves, 4 de septiembre de 2014

" OCASO "


       Un rato en casa. Mi despacho huele bien y la mesa tiene recados antiguos. Café de Colombia y un buen amigo.

    " ¿ Era miedo a la edad, al cansancio, a la pereza? ¿ O era un presentimiento secreto que entonces me hacía anhelar una vida distinta, más ardua en beneficio de mi evolución interior ?
     No lo sé. Porque lo que en aquella hora especial afloraba del crepúsculo del inconsciente no era un deseo expresado con claridad ni tampoco, huelga decirlo, algo relacionado con la voluntad despierta. Tan sólo era un pensamiento pasajero que me asaltó como un soplo de viento, y a lo mejor ni siquiera era mío sino que venía de profundidades que yo ignoraba. Pero el oscuro e inabarcable poder que gobernaba los designios de mi vida y que me había concedido tantas y tantas cosas que ni yo mismo me había atrevido a desear, debía haberlo percibido. Y ese poder, obediente, levantó la mano para aplastar mi vida hasta en sus últimos fundamentos y para obligarme a edificar otra nueva del todo diferente, más ardua y difícil, desde los cimientos y  partir de las ruinas "

         Stefan Zweig ( 1881-1942 )

         ( Foto de Elliot Erwitt )

1 comentario:

Ula dijo...

Recuerdo el lamento de Dido, la que creía que ya estaba la estancia sosegada, cuando apareció Eneas. De ella aprendí que no hay que precipitarse: ya habrá tiempo, si lo hubiere.
Todo depende del aguante que uno tenga.

Saludos, Almirante.