lunes, 29 de septiembre de 2014
" EL SPLEEN DE PARÍS "
Té rojo y Baudelaire.
" Cuando el carruaje cruzaba el bosque, mandó que se detuviera en las cercanías de un tiro, diciendo le resultaría grato disparar algunas balas para " matar " el Tiempo. Matar a aquel monstruo, ¿ no es acaso la ocupación más ordinaria y legítima de cada cual ? - Y ofreció galantemente la mano a su querida, deliciosa y execrable mujer, a aquella misteriosa mujer a la que debe tantos placeres, tantos dolores y, asao también, buena parte de su genio.
Algunas balas fueron a dar lejos del blanco propuesto; una de ellas hasta se clavó en el techo; y como la encantadora criatura riese locamente, burlándose de la torpeza de su esposo, éste se volvió bruscamente hacia ella y le dijo : " observad aquella muñeca allá lejos, a la derecha, la que asoma las narices y que tiene un aspecto tan altanero. Pues bien, ángel mío, " me figuro que sois vos ". Y cerró los ojos y apretó el gatillo. La muñeca quedó claramente decapitada.
Entonces, inclinándose hacia su querida, deliciosa y execrable mujer, su inevitable y despiadada Musa, y besándole respetuosamente la mano, añadió : " ¡ Ah, querido ángel mío, cuánto os agradezco mi habilidad "
Charles Baudelaire ( 1821-1867 )
( Foto de Marshall Hirsh )
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