Un vino blanco Waltraud, de las Bodegas Torres, es buen antojo para las noches de agosto. Muy frío y sin olvidar los mares que la vida surca.
" El mar nunca propone la nostalgia
porque sólo regresa
en busca de un comienzo,
de unos ojos primeros,
de una torre sin marcas de combate,
de unos lentos tobillos indecisos
que lo sientan llegar con la extrañeza
del amor que precede al cuerpo del amor.
Pero tú eliges que las olas vengan
arrastrando fragmentos de un pasado
que simula el murmullo
azul de la memoria,
y la alta noche lo corona de fuego,
y lo secundan quietas
ilusiones perdidas "
Luis Muñoz.
( Foto de Lucien Clergue )
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