Al final del verano, para templar ánimos, Chandler y Adiós, muñeca.
" La tercera era la rubia. Llevaba un vestido de calle, de color azul verdoso claro. No presté mucha atención a su ropa. Un tipo la había diseñado para ella y estaba claro que había sabido escoger al fulano. La hacía parecer muy joven y volvía muy azules sus ojos de color lapislázuli. Tenía el pelo del dorado de los cuadros antiguos y se lo había alborotado lo justo, no demasiado. Tenía un buen montón de curvas que nadie habría sido capaz de mejorar. El vestido era bastante sencillo, salvo por el broche de diamantes que lo ajustaba en el cuello. No tenía las manos pequeñas, pero estaban bien formadas, y las uñas eran la nota discordante al uso, casi de color magenta. Me brindaba una de sus sonrisas. Parecía como si no le costara sonreír, pero sus ojos miraban con sosiego, como si pensara despacio y con cautela. Y la boca era muy sensual.
- Ha sido usted muy amable por venir- dijo-. Este es mi marido. Sírvele una copa al señor Marlowe, cariño... "
Raymond Chandler ( 1888-1959 )
( Foto de autor desconocido )
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