viernes, 3 de septiembre de 2010

UNA CONFESIÓN.


Con los clásicos hay que tener cuidado, hablan con claridad y no suelen equivocarse. Me acompañaba en el desayuno un veneciano harto peligroso, intenté no hacerle caso pero era imposible. En mesa cercana, varias mujeres mostraban sus colores vacacionales de tonalidades indefinibles, su charla quedaba en humo.

" Aquella desvergonzada me dijo : " Lo utilizo para hacer el amor porque estoy segura de que no me ama. Si supiese que me amaba, me moriría antes que satisfacerle, pues le detesto". Es una cuestión que ya sabía, pero que jamás una mujer se ha atrevido a confesarme "

Giacomo Casanova (1725-1798)

( Foto de Howard Schatz )


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