Domingo de Ramos y el recuerdo de la niñez. " La pollinica " y la alameda rondeña.
Julian Barnes y música de Antonio de Cabezón.
" Según envejecía, su vida se convirtió en una rutina agradable, con suficiente contacto humano que lo reconfortaba y lo distraía, pero no le molestaba. Conocía la satisfacción de ser menos sensible. Readaptó a social su vida emocional (... )
Apreciaba el estoicismo y la calma, que había alcanzado más gracias a un lento crecimiento interior que por algún ejercicio de filosofía; era un crecimiento como el del coral, que en la mayoría de los climas era lo bastante fuerte para protegerse de las olas del océano. Excepto cuando no lo era "
Julian Barnes.
( Foto de Ervin Marton )
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