jueves, 17 de julio de 2014
EL SENDERO.
Vuelvo a casa desde el hospital; sitio hasta hace poco desconocido que derrite entusiasmos y ahuyenta ilusiones. En el equipaje, libros de Paddy.
" Por primera vez veía uno de esos barrios, sin saber del todo cómo había llegado allí, recorrí el empinado sendero una y otra vez, más como oyente que como actor. Allí se tambaleó el principio tácito de no retroceder ante nada durante mi viaje. Al fin u al cabo, aquellas chicas no eran como sus hermanas vienesas, capaces de hacer que un obispo aflojara el paso con solo el movimiento de una pestaña. Y aún sin este impedimento, la idea del castigo que consideraba inevitable ( me quedaría sin nariz antes de que finalizara el año ) me habría mantenido sano y salvo, al margen. El señuelo era más complicado. Repugnancia, culpa, simpatía, atracción, " romantisme du bordeo y nostalgia de la boue " entretejían una embriagadora y siniestra giralda… "
Patrick Leigh Fermor (1915-2011 )
( Foto de autor desconocido )
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario