miércoles, 15 de octubre de 2008

BODAS...



Curioseo en el "Salón de pasos perdidos" de Andrés Trapiello y encuentro comentarios jugosos, con su toque irónico y mordaz.


" Lo deprimente de todas las bodas no es tanto lo que en ellas viene, el tener que vestirse adecuadamente, el sermón del cura, el sombrero de la madrina, los chistes del cuñado o del hermano patoso de alguien, con un poco de suerte renovados , pero no mejores que los últimos que contó en la boda anterior, el convite y la mancha alevosa de grasa que le caerá a uno en el traje, el conocer a unas docenas de personas con las que jamás habríamos cruzado una palabra, el juzgar y sentirnos juzgados, comparados, aquilatados, y no siempre misericordiosamente, por quienes a partir de ese día van a formar parte de " nuestra " familia, y " ser familia" de esos a quienes tampoco juzgaremos de manera misericordiosa, lo deprimente ni siquiera será todo eso, sino pensar, viendo a los novios, que un día como ése pueda llegar a ser uno de los más importantes e inolvidables de su vida. Sólo por eso, una sociedad más justa debería ahorrarles a los jóvenes tener que pasar por tal umbral, bien porque son conscientes del terrorífico trance, bien, con más razón, porque ni siquiera son conscientes de él, lo que hará que apuren ese veneno hasta las mismas heces, sin sospechar la muerte que les espera "

Andrés Trapiello.

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