domingo, 11 de diciembre de 2016

ZINAÍDA FIÓDOROVNA.


                 Volver a Chéjov alegra siempre. Es un escritor que sabe acompañar.

    " En Venecia tuve dolores pleuríticos . Probablemente me resfrié la noche en que, viniendo de la estación, atravesamos en barca los canales para llegar al hotel Bauer. Hube de guardar cama desde el día de la llegada, en total dos semana. Mientras estuve enfermo, Zinaída Fiódorovna acudía todas las mañanas desde su habitación para desayunar en mi compañía y leerme libros franceses y rusos que habíamos comprado en Viena. Aquellas obras me eran conocidas o no me interesaban; pero , como cerca de mí resonaba una voz amada y bondadosa, el contenido de todas ellas venía a reducirse a  una misma cosa; no estaba solo. Ella salía de paseo, regresaba con su vestido gris claro y con su sombrerito de palmas, alegre, tostada por el sol de primavera, y, sentándose al lado de mi cama , con la cara cerca de la mía, me contaba algo relativo a la ciudad o me leía libros. Y yo me consideraba dichoso… "

               Antón Chéjov ( 1860-1904 )

               ( Foto de autor desconocido )



No hay comentarios: