Almuerzo con mi hijo en el restaurante "Ermita de la Candelaria ", un lugar en el que no se falla. Siempre bien.
En casa, viejas baladas y libros de un anaquel al que acudo poco.
" Hay manos terriblemente elocuentes, manos mudas, manos neutras, manos repulsivas. Hablan, como las líneas de la vida en la palma; dan cuenta del porvenir con todas sus intimidades, y sus movimientos en las manos del otro son tan claros como una escritura. La mano puede ser en su expresividad más correcta que la mirada, demasiado propensa esta última a la mentira, sometida como está al fardo cotidiano de nuestro rostro... "
Vintila Horia ( 1915-1992 )
( Foto de autor desconocido )
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