Si estuviera preso en un campo de concentración o en un cárcel, me consolarían mis poemas. Conozco bastantes de memoria y eso siempre ayuda. La poesía libera de muchas cadenas.
Hay un poema que debió ser de los primeros que aprendí, imagino que para huir de ese lugar tenebroso y terrorífico llamado " El Castillo", colegio rondeño de triste recuerdo.
El poema está dedicado a Laura Gonzaga, yo lo recitaba imaginando a otra.
" Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿ por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡ Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos "
Gutierrez de Cetina ( 1520-1557 )
( Foto de Wofgang Sievers )
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