Hay restaurantes y tabernas que nunca olvido. Son un buen recuerdo para tiempos venideros y están en mi corazón.
Hoy, mi amigo Álvaro Cunqueiro me habla de las suyas.
" Esta es Bretaña. En Nantes comía yo en la taberna de una viuda. Madame Guizot. Lo mejor de la casa eran las vieiras al horno, el mero a la parrilla y el pato en pepitoria. El vino era muscadet, y el queso, del país o camembert. A veces se descolgaban con bogavante en salpicón y con ragú de cordero. Nunca faltaba el vasito de aguardiente... (...)
Servía a la mesa y se quedaba apoyada en ella contemplando, con sus claros ojos, cómo comía. Hablaba mucho de una romería en San Celain, y se ruborizaba por nada. Tenía piernas largas y finas, cosas que no suelen acontecer entre muchachas de Bretaña. Me dijo un día que si me quedaba y la acompañaba a San Celain, que haría un patelón de pichones y me besaría. Pero no pude quedarme (... )
¿ Quién comería el pastelón de pichones ? ¿ Y quién mordería las cerezas de sus labios ? "
Álvaro Cunqueiro ( 1911-1981 )
( Foto de Ed van der Elsken )
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