Ella describe sus viajes y se le iluminan los ojos; en su voz hay una música que relaja, sosiega y emociona. En sus manos una especie de danza intemporal que nunca aburre.
Té con cardamomo y cosas conocidas.
" Púrpura, como el pan manchado por el vino, una tarde con olor a siesta y a dormitorios blancos. Una ventana oscura, con los postigos quemados, abierta a la fiebre de los bancales y a la erosión marítima.
¿ Qué puede querer de mí este aire que llega con la luz, dentro de la luz, con su rutina amorosa de albaricoques nuevos ?
Y en el aíre se ausenta una alegría incandescente "
Vicente Valero.
( Foto de autor desconocido )
No hay comentarios:
Publicar un comentario