Con el aperitivo, antojo de Ronda.
“Asomarse al pretil del Tajo es una experiencia geológica inolvidable: se siente algo así como una angustia sísmica. A un lado de la garganta queda la vieja Ronda, con sus nobles mansiones y sus casas moriscas, sus iglesias barrocas y sus patios de vecindad”
José Manuel Caballero Bonald.
( Foto de autor desconocido )
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