Ayer, estupendo almuerzo en casa de unos amigos, un matrimonio encantador con clase y estilo, algo que escasea en estos tiempos. Su ático, puro deleite; el arroz excepcional, para recordar.
Domingo casero.
" Tenía que serlo. Me gustaba que mi mujer fuera atea. Su postura me facilitaba las cosas. Simplificaba la planificación familiar. No teníamos escrúpulos a la hora de usar anticonceptivos. Nuestra boda había sido civil, no estábamos encadenados por principios religiosos. El divorcio estaba a mano, cuando nos apeteciera. Si se hacía católica, habría toda clase de complicaciones. Costaba ser un buen católico, costaba mucho, y por eso yo había abandonado la Iglesia. Para ser un buen católico tenías que abrirte paso entre el gentío para ayudarle a Él a cargar con la cruz. Yo posponía el gran salto adelante para otro momento. Si ella lo daba, tendría que seguirla, porque era mi mujer. No; era un antojo suyo, una fantasía pasajera. Tenía que serlo "
John Fante ( 1909-1983 )
( Foto de autor desconocido )
1 comentario:
El arroz estaba algo más que rico, cierto, pero los excepcionales sois vosotros y los momentos que tenemos la oportunidad de compartir
Publicar un comentario