Nunca olvido la noche del 9 al 10 de noviembre. Ese trágico día del año 1938, los esbirros nazis provocaron una orgía de sangre, muerte y destrucción en la noche de " Los cristales rotos", la "Kriztallnacht". Fueron destruidas miles de tiendas propiedad de judíos, se asesinaron a unos 1000 propietarios y empleados de comercios y varios días después se les obligó a pagar una multa de 1.000 millones de marcos, además de la prohibición de reclamar indemnizaciones a las compañias de seguros por los destrozos. Esa noche empezó el "Holocausto".
Miro los libros de Primo Levi que amparan mi biblioteca y tomo, al azar, " Los hundidos y los salvados"
"...Causa horror y espanto, después de decenios, la vitrina del museo de Auschwitz donde están expuestos a granel, a toneladas, los cabellos cortados a las mujeres destinadas al gas o al lager: el tiempo los ha descolorido y macerado, pero siguen susurrando al visitante su muda acusación. Los alemanes no tuvieron tiempo de mandarlos a su destino : esa mercancía insólita era comprada por algunas fábricas textiles alemanas que la usaban para la confección de cutí y otros tejidos industriales (...) Las cenizas humanas provenientes de los crematorios , toneladas diarias, era fácilmente reconocibles como tales pues con gran frecuencia contenían dientes o vértebras. A pesar de eso, se usaron con distintas finalidades : para rellenar terrenos palúdicos, como aislante térmico en los intersticios de las contrucciones de madera, como fertilizante fosfórico; especialmente se emplearon como arena para cubrir los caminos de la aldea de las SS, situada junto al campo... "
Primo Levi (1919-1987)
1 comentario:
Conmovedor y terrible. Inimaginable la capacidad de odio y destrucción que podemos llegar a generar.
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